13 abril 2011

Hugo


Se me ha olvidado decir que el pimpollo estaba comiendo delante de un padre con una cámara al hombro. ¿Qué podía hacer el padre con esa cámara? ¿Esperar a que acabara de comer para limpiar el rostro y adecentarlo un poco? ¿Y el gnomo se iba a dejar? ¿Y el padre tenía esperanzas de que estuviera predispuesto a dejarse fotografiar una vez acabada la comida?
Pues eso, aquí te pillo y aquí te mato. Otro día haré las fotos con su rostro limpio de polvo y paja.

Esta es la última por hoy.
Lo prometo.

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