06 mayo 2010


Y ya puestos subo esta otra fotografía de la serie Absurdas, a la que también pertenecen las dos anteriores, que me sirve para cumplir con un cupo mínimo de posts mensuales, necesario para considerar que este blog permanece abierto.

¿Vale la pena?



Estas dos fotos pertenecen al tipo de fotos que se toman cuando tienes la cámara a mano -en este caso en el coche, mientras conduces-, tiempo de sobra y ganas de creer que esa curva que acabas de tomar ofrece unas posibilidades merecedoras de dedicarle unos minutos.
El resultado es el que ofrezco con estas dos fotos, en donde queda claro que ni soy ese fantástico fotógrafo con ínfulas de artista, ni vale la pena parar cada pocos quilómetros, ni estar mirando y remirando lo que te rodea, ni nada de todo eso. Es cierto que actuando así puedo conseguir grandes tomas, mjores que si piso el acelerador, miro al frente y dejo la cámara en casa, pero a veces hay que preguntarse si estás aportando algo al mundo de la fotografía tomando imágenes como las de aquí arriba, en las que para salvarlas de la quema, lo único que se me ha ocurrido hacer es simplemente un revelado curioso, es decir, si tienen algo (que lo dudo) es por la forma, no por el fondo, que es lo que importa.

03 mayo 2010

Altas cumbres


Hoy ha salido un día nublado.
El sol está de vacaciones desde hace unos días porque sabe que en breve le cambian la jornada y tendrá horario intensivo hasta septiembre.

He preferido escribir esa chorrada antes que mentir como un bellaco haciendo creer al respetable que las de la imagen son las altas cumbres de nieves eternas, que rodean el idilico pueblecillo de Almassora, situado al oeste de la ínsula Barataria.

01 mayo 2010





Hay unas tierras yermas frente a las instalaciones de Porcelanosa, a la espera de que la crisis acabe y alguien pueda construir tropecientos complejos de esos que nos atraen la vista con luminosos fluorescentes, anuncios de rebajas resaltados, dos mil coches aparcados alrededor y promesas de un futuro mejor a costa de esquilmar bolsillos con nuestra aquiescencia, adquirir ese enésimo producto que no necesitamos, sacarle la piel a un pobre animal, pagar 2 € al mes ala ese niño que cose balones en un país perdido de Asia, restar tierras al erizo que ahí tenía su madriguera, llenar de sueños al labrador que dejó perder sus campos ante la promesa de riquezas obtenidas con la especulación...
Mientras todos ellos esperan que el sol vuelva a salir (o se esconda, según el punto de vista de cada interesado, pregúntenle al erizo), acabe la crisis, pasen de largo los ajustes de Grecia y todo vuelva a la normalidad -para algunos normalidad equivale a la España anterior a la crisis, aunque esa es una situación que no creo volver a ver-, yo puedo darme una vuelta por esas tierras abandonadas y hacer fotos como las de estas recientes entradas.




Destellos del amanecer



Geometrías casuales


Geometrías visuales