Hace unos meses tardé varios días en devolver dos películas al videoclub, lo reconozco, soy un despistado y aquel día hice honor a mi forma de ser. Me sancionaron con 12 € de multa.
Aquel día, supongo que por la elevada cuantía, mi mente empezó a darle vueltas al asunto. Mi banco, al que le debo la hipoteca y una parte de mi úlcera, no me trata como moroso ni tampoco como delincuente al que hay que sancionar por vete tu a saber qué maldad reside en mi interior. Sin embargo, el videoclub de la esquina me considera un delincuente peligroso y me sanciona con un importe de 12€.
Por supuesto que dejé inmediatamente de alquilar películas. Me importan poco esos 12€. Se trata más bien de una cuestión de honor.
Ahora planteo la siguiente cuestión: ¿Ha sido beneficiosa para el videoclub su postura sancionadora?
Reflexión: yo alquilaba cada fin de semana más o menos dos películas y desde enero -que fue cuando me sancionaron-, no he vuelto a alquilar ninguna.
Conclusión subjetiva: considero que no es positiva la política de sanciones, impuesta de manera dudosamente legal por los videoclubs, añado aquí que este es el único que permanece abierto en la ciudad donde resido. En este caso, por ganarse (sin trabajárselos) 12€, han perdido el importe de las películas que he dejado de alquilar en los últimos 8 meses.
Recomendación; flexibilizar la norma de las sanciones para adecuarla a cada caso particular. Dialogar para llegar a un punto en que las dos partes puedan encontrarse. Mejor; suspender tan execrable medida sancionadora y emplear otros métodos menos coercitivos para asegurar la rápida devolución de las películas alquiladas, es decir; pensar un poco en beneficio de un sector tocado en su línea de flotación. Y pensar tratando al cliente como persona.
¿Hay alguien más que opine como yo?
Soy afortunada, a mi me la contó en directo.
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