Esta mañana tenía hora con el dentista. Desde navidad esta ha sido la primera vez que he salido del trabajo fuera de horas. Cuando estaba sentado en la consulta, que se ha hecho eterna pues me han hecho esperar una hora, en vez de sentir enfado por ese tiempo que me estaban haciendo perder ha ocurrido todo lo contrario: me sentía feliz (bueno, contento...) por ese instante fuera del trabajo. Salir del trabajo a deshoras me ha permitido oír el murmullo de la ciudad a esas horas de la mañana, un sonido que se compone de una sabia mezcla de pájaros piando, niños corriendo y gritando en los patios del cole, coches que pasan y otros ruidos varios como los de la gente trabajando en la calle, obras de alrededor de la consulta, gente mayor hablando a la salida de una panadería...
Ese cúmulo de sonidos en particular me recuerdan tanto a mi infancia y a los buenos tiempos de cuando era estudiante en Valencia que tengo que reconocer que me he alegrado de salir a media mañana, aunque solo fuera para esperar una hora sentado en la consulta del dentista.
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