Bienvenid@ a este blog en el que encontrarás fotos, diseño gráfico, ilustración y palabras, tampoco muchas, sobre cualquier tema.
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16 julio 2007
18 mayo 2007
Trampantojo
Fue Brunelleschi el primero en conseguir dominar el arte de la Perspectiva, tal como la aceptamos hoy, en la pintura. Facilitando así la interpretación de las obras a sus observadores.
En el monasterio de Yuso (Logroño), se encuentra este cuadro de no se quién y pintado no se cuando, que a falta de otras obras de mayor interés -culpemos de ello a franceses conquistadores y a la incultura de la época-, no dejará de ser mostrado por los guías a sus visitantes.
Obra que juega medianamente bién con las trampas que nos puede jugar la perspectiva representada en los dos planos.
Aquí vemos como aunque nos desplacemos hacia la derecha del cuadro o a la izquierda, la cama permanece siempre fija en la misma posición, creando de donde no hay, un interés visual que atrae al espectador.
En definitiva; el lado derecho de la cama fuga hacia un horizonte distinto que el resto de líneas que sustentan la estructura de la perspectiva del cuadro.
En el monasterio de Yuso (Logroño), se encuentra este cuadro de no se quién y pintado no se cuando, que a falta de otras obras de mayor interés -culpemos de ello a franceses conquistadores y a la incultura de la época-, no dejará de ser mostrado por los guías a sus visitantes.
Obra que juega medianamente bién con las trampas que nos puede jugar la perspectiva representada en los dos planos.
Aquí vemos como aunque nos desplacemos hacia la derecha del cuadro o a la izquierda, la cama permanece siempre fija en la misma posición, creando de donde no hay, un interés visual que atrae al espectador.
En definitiva; el lado derecho de la cama fuga hacia un horizonte distinto que el resto de líneas que sustentan la estructura de la perspectiva del cuadro.
02 mayo 2007
La Rioja
Unos días de descanso por estas tierras de vino, cebada e historia.
Para empezar, nada mejor (o peor) que una serie de fotografías condicionadas por la inclemencia meteológica, en tanto que una lluvia intermitente y un cielo plomizo fueron compañeros constantes durante los tres días que estuvimos en Logroño y alrededores.
Y si algo me queda como imborrable recuedo del viaje, más que estas fotos que aquí muestro, son las caras de sufrida determinación que ví en muchos de los peregrinos que hacia Santiago arrastraban sus ampollas.
Espero ser uno de ellos en un futuro no demasiado lejano.
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