Parapetado tras una farola, el bandido bandolero espera, paciente, su oportunidad. O eso o que esta es una foto de detalle de un cartel que, pegado sobre una farola en una calle cualquiera de mi pueblo, aguarda a que sobre él mismo, otro cartel sea colocado y así, su oportunidad de destacar pase.
No solo la estela de los aviones llenan de rayas cual block garabateado, que dirían algunos, el cielo. En este caso las rayas están mucho más cerca de nosotros; contaminan visualmente el espacio de nustras ciudades, si, pero también ofrecen oportunidades para explotar (y explorar) sus posibilidades artísticas.
Son las seis de la mañana, el sol no ha salido aún y yo, mientras paseo desvelado al perro, voy haciendo algunas fotos para entretenerme. Estas son algunas.
Parece más de lo que es. Simplemente la luna, fotografiada a pulso, con la ISO muy alta y aprovechando el ruido para confundirlo con estrellas, galáxias o lo que se os ocurra ver en esta foto.
No recuerdo ahora quién fue el primero en darse cuenta que partiendo de imágenes en principio poco atractivas pero fáciles de encontrar en un mundo como el nuestro, excesivamente industrializado; obras poco respetuosas con el medio ambiente, en las que los hierros oxidados se elevan como si de antíguas pirámides habláramos, no recuerdo digo, quién fue el primero en obtener resultados tan pictóricamente atractivos como los que yo he tratado de obtener en estas dos imágenes. Alguno de ellos lo consiguieron, yo trato de mejorar.