Bilbo

Modelo recurrente.
Mi perro se deja fotografiar, a condición de no estar nunca posando.
Pillarlo quieto y mirando a la cámara es poco menos que imposible.

Se acabó el verano

Este fue un extraño verano.
Quise viajar para probar la cámara de fotos y acabé quedándome en casa sin poder hacerlo.
A veces los inconvenientes se suman y por más que hagas para impedirlo, el mundo se vuelve en tu contra y acabas no haciendo nada de lo previsto.
Las fotos del graffiti y alguna más que ya iré subiendo, son lo único destacable de este verano.

En otro orden de cosas, me quedo con algo de lo que he leído:
La trilogía Deptford, de Robertson Davies, (Libros del Asteroide), altamente recomendable. Alguna novela de Patrick O´Brian de la serie Aubrey y Maturin. El ángel negro, de Jonh Connolly y alguna más que no recuerdo ahora.

Graffitis separados

Graffiti

Encontré en un pequeño pueblo una puerta de metal llena de garabatos.
Me llamó la atención el, casi exquisito, cuidado en no dispersar, mediante multitud de colores, ni estilos de trazo, la unidad de conjunto.
Sería un políptico compuesto por cuatro planchas.

Macetas

Esto es lo que ves.
Tenía bastante suelto el dedo que pulsa el botón de disparo.

Maquinas

Las máquinas y otros artefactos abandonados en los campos, suelen dar buen resultado estético.
Se trata -cosa que yo aún no he conseguido- de saber captar, entre otras cosas, el punto de vista que mayor fuerza dramática posea y la combinación de colores más adecuada. En este último caso, entra en escena el óxido que, junto con los colores originales de la máquina y los del propio paisaje, permiten a menudo composiciones vistosas.

Ella