14 abril 2009

Caminos de hierro




















Subo otras fotos, tomadas con el móvil, durante mi viaje en tren.

Penélope, variaciones sobre un mismo tema.


Estuve este fin de semana en Barcelona.
Fuimos en tren para evitar atascos y complicaciones innecesarias. A la vuelta, durante una de las paradas en cualquiera de las estaciones del trayecto, contemplé una escena, que no por mil veces repetida -que se lo pregunten a Penélope-, deja de ser interesante.
Yo estaba mirando por la ventanilla, aburrido, desde el interión del tren y vi a una mujer, plantada frente a mí, en el exterior de la estación, con lágrimas en el rostro y despidiendose de alguien. La escena era emotiva y aunque no tenía a mano mi cámara, recordé que mi móvil hace fotos así que, reconozciendo que nadie me invitó a participar en despedida tan privada, quiise plasmar la escena con el mayor de los respetos -que suele ser poco cuando alguien se inmiscuye, cámara en mano, interceptando vidas ajenas- plasmé el instante.
Más tarde, comprobando el resultado, me dí cuenta que además de capturar la escena añadí incoscientemente otro detalle a la foto que cambia totalmente el discurso, el tema, el motivo principal y todo lo que se me ocurra.
En el momento de parar en aquella estación, yo estaba leyendo un artículo del dominical en el que Andreu Buenafuente daba cuenta de las fotografías que les hace -bueno él no, uno de sus colaboradores, cuyo nombre no recuerdo ahora- a sus entrevistados. Casualmente la imagen reflejada en el cristal de la ventana del tren era una foto de Sara Montiel, lo que por fuerza cambia la historia de esta foto y añade un no se qué folclórico, farandulesco o vete tú a saber, que en el momento de tomar esa foto, no tenía.
En fin, que del respeto captando la intimidad del momento de aquella buena mujer (momento que posiblemente nunca hubiera subido al blog), paso a esto otro que ya no sé como definir.

06 abril 2009

De concursos y otras neuras


La vida es como es y no como queremos que sea.

Hace tiempo gané cinco años seguidos un concurso de carteles, la última vez que gané decidí no estirar más la suerte y dejé de presentarme. Sin embargo, este año, cerrando los ojos a mi instinto, he dejado atrás mi decisión primera y me he vuelto a presentar. ¿Será por la crisis? ¿Por el olor del dinero fácil?... El caso es que el otro día tuve una idea para el cartel y también la posibilidad de dedicar unos días a su creación, así que me tiré al monte y presenté mi cartel. Ahí arriba está el resultado. Lo subo al blog porque, obviamente, el jurado ha fallado y no he ganado.

Es la tónica que vengo observando desde hace un tiempo; las cosas no me están saliendo bien y la suerte, tan importante como tener buena mano, ser bueno en lo que haces, tener padrinos, insistir, mejorar con el esfuerzo, elegir carreras o profesiones que den dinero o éxito fácil, arriesgarte cuando crees tener la oportunidad de tu vida... parece haberme abandonado. Incluso es posible que la crisis mundial se deba al hecho de que con mi mala suerte, arrastro al planeta hacia un destino negro, aciago, perverso, caótico.

No me desanima demasiado perder, aunque ganar siempre es mejor, porque es más fácil perder un concurso que ganarlo. Cuando yo gané hubo gente que perdió. La alegría que entonces sentí, le ha correspondido esta vez al ganador de esta edición, así que otra vez será. Tengo claro que para mejorar en mi profesión (hablo de depurar la técnica, profundizar en el mensaje que quieres transmitir con tus pinturas, dibujos, trabajos, etc., es necesario mantenerte en activo sin decaer cuando las cosas se tuercen, que tu cerebro hierva de actividad, que tu mente siga siendo inquieta. También tengo claro que diseñar carteles no me va a llevar a nada serio, que los jurados están compuestos por gente no siempre preparada para juzgar adecuadamente lo que ve, que por fuerza, no puedo ser objetivo y mi trabajo, siendo el mejor del mundo, no puedo comprender que no haya ganado... la gente es injusta conmigo y los tengo a todos en mi contra por no elegir mi cartel... En fin, tonterías que no me llevan a nada serio. Se gana con la misma facilidad que se pierde. Si yo fuera el mejor siempre ganaría, si eso no ocurre lo que tengo que hacer es mejorar. Y para eso solo hay una receta; continuar trabajando.

He tropezado sí, pero ya me estoy levantando porque el camino es largo, no sé que hay después de esa curva que veo allá a lo lejos y tengo curiosidad por averiguarlo.

Hablé antes de dinero fácil. No, el dinero que recibes cuando ganas un cartel no es fácil ni tampoco mucho. Es difícil porque lo ganas compitiendo contra otros diseños y es poco porque deberíamos dividir la cuantía del premio por el total los carteles presentados, entonces sabríamos a cuanto está valorado el cartel ganador.

31 marzo 2009

Un toque de color

Camino



No se trata de la película, sino de parches en el asfalto que "llenan" visualmente la composición. Sin ellos, alguna de estas fotos aún tendrían menos gracia de la que poseen per se.

Punto de fuga



Sigo "jugando" con las imágenes. Estas son fotografías tomadas durante el último fin de semana, aprovechando que el cielo estaba encapotado.
Si el cielo de estas fotografías fuera uniformemente azul, no tendrían ni la mitad de gracia (contando con que tengan alguna, claro).

30 marzo 2009

Playa de Almassora


Una foto en formato vertical, para que veáis que también sé girar 90º la cámara ;-).
Algún día me compraré una empuñadura para sostenerla en vertical, aunque a veces pienso que esto de la fotografía como afición -no digo ya como profesión- es como tirar monedas al mar para ver si lo llenas.
siempre hay algo que quieres y que no tienes y que piesnsas que es super necesario para mejorar la calidad de tus trabajos. Posiblemente no sea ciereto que mejore en calidad si amplío el equipo que tengo, pero algún día tendré que decidirme por lo menos por comprar un trípode decente y un flash, aunque con esto de la crisis, creo que voy tener que ir aguantando con lo que tengo un tiempecito largo.

Playa de Almassora

Playa de Almassora - Color y BN


Almassora

Dos cielos distintos para la misma imagen:



La misma imagen pero con un procesado menos agresivo.

Playa de Almassora

Playa de Almassora


Playa de Almassora - Líneas de separación

Playa de Almassora - Una imagen, dos acabados



Pues eso, el cielo de este paisaje marino me permitía experimentar para intensificar el dramatismo de la imagen.
¿Que tal?

Complejo complejo petroquímico


Otra foto de las que tomé este domingo pasado.
Un camino parcheado que dirige nuestros pasos hacia la playa de Almassora y que depara singulares vistas del complejo petroquímico instalado a caballo de Almassora y el Grao de Castellón.
Estas imágenes -de hecho, todas las que voy a subir hoy- han sido manipuladas en el ordenador para enriquecerlas -o por lo menos eso es lo que pretendo- visualmente.

Stop


No he podido resistir la tentación de titular esta foto así.
Supongo que entenderéis el porqué.

Extremadamente fuerte


Justo antes de entrar en Almassora hay una casa abandonada -la de la foto- que parece una ermita y que se viene abajo. Hace un tiempo que antes de que ocurra lo inevitable quería acercarme al lugar y capturar una toma.
Este domingo por la mañana encontré un hueco en mi apretada agenda ;-) y aprovechando que el cielo estaba como a mí me gusta (las nubes llenan el espacio fotográfico y añaden intensidad dramática), tomé varias fotografías.
Esta es una de ellas.

24 marzo 2009

Fotos con el móvil






A veces no tengo la cámara cerca y algo a mi alrededor me pide ser capturado. Para ello encontré una solución más o menos aceptable.

Mi móvil tiene cámara y aunque su resolución es tal, que dudo yo pueda retirarme algún día pensando en la calidad de un reportaje tomado a partir de dicha cámara, de vez en cuando suple satisfactoriamente la máquina de fotos que, obviamente, no voy a llevar encima a todas horas. Estas de aquí son algunas de esas fotos tomadas con mi móvil.

Por cierto, sugiero aquí que las cámaras fotográficas deberían tener una memoria interna (no es necesario que sea de tropecientos gigapíxeles) para ser usada en ocasiones como las del otro día, que cámara en mano, bolsa a la espalda y kilómetros recorridos hasta llegar al sujeto fotografiado, me di cuenta que me había dejado olvidado y conectado al ordenador la tarjeta de memoria.

18 marzo 2009

Crisis

En alguna ocasión he subido fotos al blog en las que la desaforada construcción, el paisaje destrozado por las grúas, el ladrillo, la ávida y voraz gula de constructores, promotores, arribistas y demás jauría eran retratados y puestos en evidencia. Ciega evidencia porque a nadie parecía en aquellos momentos importar demasiado lo que alrededor de sí mismos ocurría.

Así estamos y así nos va ahora a todos.

Asustados por la crisis, temerosos del incierto futuro, constreñidos y en stand by nuestros proyectos de futuro. Llenos de preguntas, dudas, incertidumbre, sorprendidos por los brutales cambios que nuestros ojos vienen contemplando en tan poco tiempo.

Hace unos meses, en navidad sin ir más lejos, regalé a mis familiares todo lo que en aquel momento mi bolsillo permitía regalar. La crisis, aún siendo evidente a mi alrededor, parecía hallarse a unos cuantos quilómetros de distancia, sin embargo ahora -solo tres meses después- ya no lo tengo tan claro. Llegaron las rebajas y las vi pasar por delante de mí sin que me apeteciera demasiado comprar por comprar, aquí en Valencia estamos en fallas, sin embargo no me apetece demasiado salir y gastar por gastar, pronto llegará Semana Santa y en estos momentos algo en el cuerpo me pide pausa, moderación y trabajo de hormiga.

Los periódicos, la TV, la radio, las conversaciones de ascensor, en la consulta del dentista, en la comida dominical, tomando un café en el trabajo... en cualquier parte CRISIS es la palabra comodín recurrente y más pronunciada.

Llega a España un economista premio nobel y nos dice que mal futuro le espera a este país (me pregunto, por otra parte, si hace falta un nobel para esa predicción, yo mismo soy capaz de predecir algo parecido y sin recibir un premio a cambio y a la vez me pregunto si no hubiera sido mejor que el tal ínclito economista hubiera abierto la boca antes de las vacas flacas. ¿De qué sirven los economistas, analistas y demás istas? ¿Dónde estaban hace dos o tres años? ¿Dijeron algo? ¿Alguien les escuchó?).

Contemplamos atónitos cómo los políticos andan más preocupados con espías, Garzones y otras batallas entrecruzadas que con los problemas reales de los ciudadanos que vivimos fuera de su burbuja política. Si es cierto que hay más de dos partidos políticos en este país ¿dónde están?, ¿Que hacen y dicen?...

Esto no es vida y parece que lo que viene no es nada comparado con lo vivido hasta ahora y lo peor es que no sabemos a qué distancia se encuentra el primer rayo de luz que nos anunciará la salida del túnel.

Por ahora, oscuridad total.

Aquellas fotos eran premonitorias de este gris presente, lo que yo no sospeché es que la crisis no iba a ser sólo provocada por la "desaforada construcción". Recuerdo el verano de 2007 y las noticias que venían de EEUU informando sobre los primeros pasos de lo que luego fue el Crack bursatil, las hipotecas basura y... Recuerdo también el aumento vergonzoso de los precios provocados por los intermediarios, la especulación alrededor del biocombustible y las plantaciones agrícolas destinadas no a alimentar bocas sino surtidores, y esa estúpida guerra en Irak que a nada bueno nos llevó.

Demasiadas cosas para mentes tan limitadas como la mía.

17 marzo 2009

In Treatment

Por cierto, hace tiempo que no escribo nada sobre las series de TV que estoy viendo. Anteriormente dije ya algo sobre A dos metros bajo tierra, los Soprano, The wire, Mad Men, 24...
Y ahora toca hablar un poco sobre otra serie, supongo que poco conocida pero muy, muy recomendable; In Treatment, una serie del canal HBO.

In Treatment, En terapia, narra en capítulos de 20 cortos, pero repletos minutos, la terapia que el Dr. Paul Weston imparte/somete -o como se diga- cada día de la semana a sus pacientes. Los lunes toca Laura, los martes los dedica a Alex, los miércoles son para Sophie, los jueves tenemos terapia de pareja con Jake y Amy y los viernes es el mismo doctor quién visita a Gina, su propia terapeuta. Estas cinco historias son totalmente distintas entre sí, reflejan traumas, temores, circunstancias que todos nosotros podríamos tener en la vida real. Lo que cuentan es creible y el trabajo de todos los actores es, simplemente fantástico.

Toda la serie, que consta de 43 capítulos en su primera temporada, es un contínuo plano contraplano, nada de acción, y, ¡oh, milagro! aunque parezca imposible no se hace pesada, nunca decae el interés, de hecho este va "in crescendo".

Es una serie absorvente, analítica, introspectiva, fantástica. Te sientas un rato cada noche y asistes a la consulta, escuchas los problemas de esa gente y las conversaciones que mantienen con el Dr. Weston (alias Gabriel Byrne), te sientes un poco fisgón de vidas ajenas, invitado de lujo en una terapia privada, y nunca llegas a estar en desacuerdo con los caminos que habilmente el doctor invita a transitar a sus pacientes para que escuchen con su propia voz sus más profundos y escondidos traumas y secretos.

Es tan distinta esta serie a todo lo que habitualmente hacen en televisión que yo la recomiendo sin reservas.

Geometrías visuales