Una lección de erudición

Estoy contento porque aunque el niño está aún muy pez en algunas materias, me ha salido muy estudioso y aplicado.

Macro

No me ha salido muy allá, pero bueno peor es lo que conseguía antes.

Otoño

Una imagen vale mil palabras

Esto separa a los de fuera de los de dentro y a los segundos de los primeros.


17 palabras bastan para explicar de qué van esas dos imágenes.

Las fuerzas de la naturaleza

Sombra

A otra hora de la mañana estas fotos estarían mejor tomadas. Supongo que si alargamos la sombra del cachivache* metálico, llenando así el espacio fotografiado, se conseguirá una mejor composición.
Me lo apunto para la próxima.

*Palabra comodín para designar cualquier artilugio de nombre desconocido.

Otra macro de andar por casa

Solo hace falta salir al balcón cuando hay algo de luz, apuntar con la cámara a esa planta que hasta ahora solo ha servido para decorar el rincón de la derecha, dispara, retocar y subir aquí.
Ahora que vengan los críticos para decir que si está movida, que si demasiado oscura, que qué de nuevo aporta... en fin, lo de siempre.

Mi primer macro

What's this?

A cada uno lo suyo

Se me hace duro comprobar que poco, más bien nada, puedo hacer cuando la persona que sube fotos a este blog se apropia además de los textos que, paciente, metódico y selectivo compongo (que no compango como hacen otros).
Observo apesadumbrado que nadie se da cuenta de la terrible dificultad que supone escribir de noche, con la tenue luz de la luna si es llena, y del recuerdo si es nueva. En esta prisión donde malvivo, retiran la luz a las diez, no sin que antes revisen y requisen todo lo que sea susceptible de pinchar y claro, un lápiz lo es tanto como un cuchillo en momentos desesperados. Razón tenía el que dijo que con letras se mata y también se muere, tanto como con balas. Pero a mí me han hundido el negocio pues a menudo tengo que escribir sin luz y de propina sin lápiz, manchando con sangre tiras de mi antigua camisa blanca.
En fin, me dejo de rodeos que siempre acabo lejos; yo, Aquiles Balon, varón a más señas, escribo desde hace años en este blog cuando algo de lo que veo aviva en mi interior la llama de la prosa.
El fotógrafo tiene su mérito, no lo dudo, pero mío es el de poner letra cuerda a tanta tontería fotografiada, que se me reconozca o no ya da igual, pues de este penal jamás saldré, mi castigo está próximo así pues no entiendo tanto interés por volverme a castigar negando la evidencia de que soy yo y no él quien escribe lo que leéis.
Punto