Hola, Servando. Veo en el perfil de tu blog que tienes 21 años, que pueden ser 30 si hace nueve que empezaste con el blog o simplemente un dato erróneo, porque ojeando Souvenir of China me da la impresión de que tienes más años de los que dice tu perfil. Felicidades pues.
Nada, este correo es para agradecer tu comentario en mi blog, animarte a visitarlo de vez en cuando (mi blog, no tu comentario, claro) y decirte que en cierto modo me das envidia; para mí, un español que vive en la periferia del país, alejado de los centros importantes donde ocurren las cosas, Cordoba, Argentina, es otro de esos lugares que, alejados también (y mucho), se me antojan como necesarios a descubrir, ver con mis propios ojos, sentir el pulso vital de sus gentes, retener en mi retina. He oido hablar tanto de Cordoba que cuando venza este pánico, a veces absurdo a volar que tengo, y cuando pase esta crisis que tanto aprieta (aunque por ahora no ahoga), subiré a uno, cámara en mano y me dejaré caer -es un decir- por Buenos Aires, Cordoba y, sobre todo, Ushuaia, que es uno de esos lugares míticos (seguro que decepcionan, pero esa es otra historia) que tengo por ver. Saludos, desconocido Servando. Fernando.
Me gustan ambas fotos.
ResponderEliminarMi preferida, la primera. Queda muy lindo el detalle de los cables y la torre de electricidad, sumados al puente.
Saludos!
Hola, Servando.
ResponderEliminarVeo en el perfil de tu blog que tienes 21 años, que pueden ser 30 si hace nueve que empezaste con el blog o simplemente un dato erróneo, porque ojeando Souvenir of China me da la impresión de que tienes más años de los que dice tu perfil.
Felicidades pues.
Nada, este correo es para agradecer tu comentario en mi blog, animarte a visitarlo de vez en cuando (mi blog, no tu comentario, claro) y decirte que en cierto modo me das envidia; para mí, un español que vive en la periferia del país, alejado de los centros importantes donde ocurren las cosas, Cordoba, Argentina, es otro de esos lugares que, alejados también (y mucho), se me antojan como necesarios a descubrir, ver con mis propios ojos, sentir el pulso vital de sus gentes, retener en mi retina. He oido hablar tanto de Cordoba que cuando venza este pánico, a veces absurdo a volar que tengo, y cuando pase esta crisis que tanto aprieta (aunque por ahora no ahoga), subiré a uno, cámara en mano y me dejaré caer -es un decir- por Buenos Aires, Cordoba y, sobre todo, Ushuaia, que es uno de esos lugares míticos (seguro que decepcionan, pero esa es otra historia) que tengo por ver.
Saludos, desconocido Servando.
Fernando.